A veces al llegar a casa
siento tu presencia indeleble
en el calcinado ambiente
que aploma mi habitación
y salgo desesperado a buscarte
en los parques de la ciudad
debajo de los bancos
y descubro tu nombre tatuado
en las hojas que se extinguen
sobre los adoquines que marcan
la distancia infranqueable
que hoy nos separa
siento tu presencia indeleble
en el calcinado ambiente
que aploma mi habitación
y salgo desesperado a buscarte
en los parques de la ciudad
debajo de los bancos
y descubro tu nombre tatuado
en las hojas que se extinguen
sobre los adoquines que marcan
la distancia infranqueable
que hoy nos separa
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