que revolotean tímidos
entre mis manos
pretendiendo anidar
en mi espacio pulcro
y alejo con desdén
al ver sus alas rotas
Sobre qué cumbres sombrías
ven marchitar sus versos
y mueren lentamente
mientras me tomo un ron
y celebro
sin puntos ni comas
el nacimiento que se abre paso
entre los tachones grises
del grafito encendido
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