domingo, 4 de febrero de 2007

Jaque mate(I Parte)

Jaque mate

(I Parte)
Apertura

Nacho se arrellanó cómodamente al espaldar de la silla que había dispuesto para la partida. Antes de mover la primera pieza se aseguró de que todo estuviese en orden: La cafetera sobre la despensa de la cocina, los cuadros de la pared equilibrados, la mesa sobre la que se disputaría el cotejo limpia, y el equipo de calefacción ajustado a la temperatura exacta para no sudar ante las presiones del rival. Todo perfecto. ¡Hoy sí lo vas a acojonar, campeón! – se alentó con un par de palmaditas sobre los muslos.
Había perdido dos cotejos la semana pasada y no estaba dispuesto a que se repitiese la historia, máxime jugando en la sala de su propia casa. Las partidas anteriores le resultaron muy opacas debido a algunos errores cometidos en momentos críticos, esto se lo atribuía al murmullo que se escuchaba de fondo en el ciber café donde se las había visto tablero de por medio con Fritz. Pero bueno, aquello eran aguas pasadas, dentro de tres horas aproximadamente estaría saboreando el dulzón de una victoria.
Antes de estirarse para avanzar dos casillas su peón rey, se frotó las manos frenéticamente y luego las bañó con un tenue soplido para calentarlas. Hace un poco de frio aquí- aludió al darse cuenta de que Fritz lo miraba interrogante.
No terminaba de acomodarse completamente en su asiento cuando el caballo negro, de un brinco, saltó sobre los peones para colocarse en la casilla f6. Esto hizo reflexionar a Nacho; dedujo que el adversario no quería entrar en nuevas variantes durante la apertura, seguramente se reservaba para el medio juego. La defensa Alekine que le había propuesto estaba casi estudiada completamente hasta la jugada doce. Comprendió que tenía dos opciones: Aceptar el reto y hacer de la apertura un debate teórico, o devanarse los sesos buscando una nueva variante para sorprender al rival, arriesgándose a caer en una de esas “jugadas de laboratorio” que Fritz acostumbraba a elaborar meticulosamente.
Debía tomar partido rápido, no era prudente dar síntomas de presión psicológica desde la primera jugada. Se secó el sudor de las manos disimuladamente en los bolsillos del pantalón y los doce siguientes lances se sucedieron en a apenas dos minutos.
Concluida la apertura (jugada decimotercera) ambos bandos estaban equilibrados. La variante de la defensa Alekine que se había planteado daba a las piezas blancas ventaja posicional en el flanco rey, lo que propiciaba desplegar varias estrategias con el objetivo de atacar directamente el fortín enemigo. A cambio, las negras gozaban de una sólida posición defensiva, y ligera ventaja posicional en el flanco dama.
Nacho decidió dar su primera “vueltecita” a la cocina en busca de una taza con café humeante. Todo marchaba a pedir de boca; el viejo Fritz no conocía que él había obtenido importantes victorias en el mundo ajedrecístico con esa línea.
Pan comido- balbuceó mordiendo el borde del recipiente.