domingo, 11 de febrero de 2007

Jaque mate(II Parte)

Jaque mate

(II Parte)

Medio juego

Juaaaaaaa- bostezó a mansalva para interrumpir cuando se acercaba. Con el reloj de su adversario caminando, Nacho estrenó la mayoría de las maniobras que había ensayado para la contienda psicológica: Se masajeó el pelo con aire de despreocupación, leyó algunas líneas del Times y luego prendió un cigarrillo con su mechero púrpura.


Sobre la jugada veinte ya había cambiado un poco el panorama sobre el tablero, ahora quien no despegaba un ojo de las casillas era Nacho. En a penas siete lances, las piezas negras se habían activado de manera tal que amenazaban con materializar su ventaja mediante una sutil maniobra de simplificación. Nacho comenzó en ese momento a sentir que la temperatura de su cabeza se elevaba al tiempo que arremetía a ráfagas de blasfemas contra su oponente. – ¿Este hijo de la real puta no pensará ni chistar?, no se cómo carajo me metí en este atolladero de pura mierda. Se paró intentando disimular su preocupación y dejó el reloj avanzando.
Calma, calma, calma… cálmate cojones- se tapó la boca como quien ha hablado demasiado alto. Echó un vistazo a la sala, todo estaba igual- ufff. Lo sacaba de sus cabales esa pasividad con la que Fritz jugaba: no movía músculo, no hablaba, y a Nacho le daba la sensación de que aquella mirada inexpresiva le penetraba en la corteza del cerebro desnudando sus planes.
Repasó su pequeña cocinita decorada a lo francés en busca de algo que lo apaciguara: El cuchillero de plata, la calabaza que descansaba en una esquina aguardando su sacrificio, el viejo frutero sobre la repisa, el reloj de pared, el platón de porce… ¡El reloj!- cayó de un salto sobre la silla con tal fuerza que esta se quejó con un chirrido metálico. Acojonante, se le habían escapado veintidós preciosos minutos mirando las musarañas en la cocina. Como resultado ahora tenía, a parte de desventaja posicional, apuros de tiempo. Con la uña del dedo índice clavada sobre la palma de la mano descubrió una preciosa maniobra con la que salvaba la posición sin perder material. Claro, no todo era color rosa, había que cambiar la mayoría de los trebejos, y él conocía de sobra sus debilidades en la fase final de la partida.

Esta no la pierdo, simplificando, tendré más tiempo para el final, le voy a dar clavo. Ag5.
No se podía esperar menos, Fritz aceptó gustoso la maniobra y minutos después el tablero estaba bastante despejado. Nacho pasaba la mano por los bajos de su espalda mientras soltaba risitas irónicas, mordía los nudillos y no paraba de mover los pies. Se sentía eufórico, lleno de una energía que le desbordaba los poros; la cabeza le dolía un poco, pero todo estaba bajo control.
Tiempo restante de las blancas: 34.35 minutos.
Tiempo restante de las negras: 19.12 minutos.